PARTE 1: Contando una historia...


Voy a dejar de escribir sobre ti, voy a inspirarme en tus ojos bellos y las jugadas que puede darme la bendita imaginación. Voy a exagerar un poco las palabras, y sobre aquellos cuentos de hadas y mariposas que deseo contar....pues en este blog no hay sitio pa' ellos, lo hay si para los cuentos semi-verdaderos, de esos que aunque no terminan en muy buenos términos al menos debo decir que las reconciliaciones son recontra orgásmicas jaaaaaaaaa.

Iniciando la narración de una de esas pérdidas que alguna vez me dí en los lejanos paisajes de una ceja de selva. Ahí va:

Contaba la historia que hace unos años bien atrás un hombre bien parado, aún operativo como turbina, un poco antiguo pero funciona porque es ..... simplemente....... de buena marca. Este mismo intentaba comerse a la caperucita. No tuvo que ir a bosque para encontrarla, para eso tuvo de testigo a la mismita selva.

Debí decirle "viejo verde" en aquel momento, pero si no lo hice entonces, menos lo hago ahora después de tanto trecho recorrido. Solía ser un hombre seco, pero cuando las botellitas le inundaban el razonamiento llamaba para decir llorando: "te amo como mierda". Tanto dizque que me amaba que jamás llegamos a nada. Solo fueron palabras y no sabias. 
De esas cruzadas nocturnas de las que hablaban algunos, yo las envidiaba, no existían tal y como las pintaban. Aprendí poco o nada de aquella afanosa experiencia...lo sabré cuando llegue el siguiente ¿habrá siguiente? Claro que habrá siguiente, la vida no se acaba porque un pez se muere, en el mar quedan un montón y unos más grandes que otros, y otros más ricos que otros, y otros tantos hasta venenosos que aunque no quieras terminas pescando y luego soltando o matando a propósito.

¿Lo romántico? Si lo tuvo. Pero mejor no describo lo que hicimos en la alfombra jajaja ¡broma!. 

Vamos a seguir contando en las próximas entradas la descripción de las escenas más candentes. En esencia son mis recuerdos ... pero súper mejorados, y otros tantos disfrazados para que los chismosos se queden con el morbo en la puntita de la lengua. 



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