Agarra tus zapatitos de ballet y vete de puntitas a la mierda


Se dio el gusto. Quedé como una tarada y todo por seguir consejos que yo siempre digo que no deben aplicarse. Y dijo: "Estoy ocupado". Sabía bien el motivo de mi llamada, pero se dio el gusto una vez más de rechazarme. 
Al borde del colapso después de dos latas de cerveza y 6 cigarrillos, parada en la ventana muriendo de frío sabiendo que luego iba a pasar a recoger del suelo los pedacitos en los que nuevamente se había roto mi corazón.
Luego, al día siguiente, me lleno de valentía y nuevamente la cag..... Le llamé, le dije "te invito a tomar algo", él me dice "estoy descansando, no gracias". Yo nuevamente me parto en mil pedazos.
Al día siguiente, casi al borde del sueño suena el tono de mensaje de texto en mi celular y adivinen.....era él. Su primer mensaje, justo en el termino medio de crueldad, yo respondí: "Algún día hablaremos del tema y seguramente te reirás de mi, no te preocupes, no pienso molestarte más."
Segundo mensaje, ahora más cruel, y yo respondí: "Para tu tranquilidad estoy borrando tu número de mis contactos, no pienso volver a hacer el intento de acercarme a ti".
Tercer mensaje, ahora divinamente cruel seguramente (no lo leí, lo eliminé), yo respondí: "Por favor, dejemos ahí las cosas, ve a descansar."
No más mensajes, pero yo estaba postrada en mi cama llorando. Sentí lástima, sentí rabia. Quisiera haber tenido el control suficiente sobre mis sentimientos como para evitar ponerlos a los pies de alguien que jamás los corresponderá.

Bueno, ahí no termina la historia, escribo para que al final se den cuenta de que hay algo que si funciona.

Lunes, indiferencia total, no lo miré, solo hablé con él por temas en común y netamente importantes. Poco lo vi, estuve concentrada en tanto por hacer que no tuve tiempo para acercarme a mi espacio habitual donde él siempre está a mi lado. Y al parecer me extrañó, se sintió ignorado, qué se yo.
El martes estuve fuera de mi espacio habitual hasta el mediodía, pero al regresar me esperaba un café americano GRANDE de Starbucks, el recipiente tenía su nombre escrito pero estaba en mi espacio habitual. Lo ignoré, lo dejé que se enfriara, no le hice caso (a pesar de que adoro el café).
Él observaba mis movimientos como un niño que busca la mirada de su madre cuando quiere compasión. Lo ignoré nuevamente. Salí,  me ausenté una hora más. Volví, seguía ahí el café, en el mismo lugar.
Volvió a buscar el modo de decirme con su mirada ese algo que al maricón no le sale con la boca jajajaja.
Entonces, me fui nuevamente, él también se fue. Piso la callé y más seguro de que nadie lo veía se dio valentía y me envió un mensaje de texto que decía: "te traje tu café...."
¡Ay! esos puntos suspensivos parece que dijeran algo más, o será que soy yo la que desea que digan algo más.
Mi psicóloga particular me recomienda que espere unas tres horas antes de contestar. Tres horas después respondí el mensaje: "Gracias" y sin puntos suspensivos.

Hoy, la estrategia sigue en pie. Indiferencia, ignorancia, NO frialdad sino naturalidad. Funcionó. Ahora él busca, el comenta y si dice algo que cree que mal entendí corre y me busca para aclararlo. ¿Cuándo él supo hacer eso antes?
Les aseguro que este INNOMBRABLE jamás pidió disculpas antes cuando me llamó loca, tronada, quejona, llorona y toda la sarta de sandeces que muchas veces en mi cara las dijo. Pero ahora está dispuesto a sonreírme, a traerme café (y de los grandes). Ahora su ego empieza a estar en mis manos, y todo gracias a la estrategia que muchas veces las mujeres somos incapaces de aplicar.

Particularmente hablando a mi me está funcionando bien, solo espero no malograrla. Es que lo quiero, estoy enamorada. Pero el hecho de que traiga un café no me va a confundir y no quiero empezar a revivir la esperanza que él mató el domingo con sus mensajes crueles.

Bueno, tiempo al tiempo, como dice mi madre "todo cae por su propio peso y lo que debe ser SERÁ".
Y si no llega a ser nada entonces le diré: "Agarra tus zapatitos de ballet y vete de puntitas a la mierda"



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