Una mujer, una historia

Un autobús lleno solo de mujeres. ¿Casualidad? No lo sé. 

Crucé el pasadizo fijándome rigurosamente en las expresiones de los rostros de cada una. Cada rostro es un conjunto de expresiones, son las marcas de la vida misma.

Frente a mi, una delicada señora de unos 65 años, vestía de blanco con un bolso verde, labios bien pintados, lentes de sol, y se notaba la pedicure francesa en los deditos de sus pies que se dejaban ver a través de las rendijas de unas sandalias chatas.

Imaginé que esta mujer, cuyo cabello denotaba algunas canas, que seguramente el tinte se le pasó el efecto, venía pensando en su pasado mientras miraba a través del vidrio de la ventana.

Pensará: ¿por que no me casé con él? ¿por qué no fui aquella vez? ¿por que no estudié lo que tanto quise? ¿por qué no tuve hijos?....

Más atrás una niña de unos 5 años, y ustedes  dirán ¿qué podría pensar una niña'. Podría estar pensando en el chocolate que no recibió de su vecino, un niño más guapo que el sol... que no lo hizo por timidez. Que su madre no le quiere comprar la muñeca del estante de la tienda de la vecina. Se preguntará ¿por qué mi mamá no me deja ver a mi papá?. O quizás ha pasado por más que eso, y yo simplemente me rehuso a imaginarlo por ella.

Luego una bonita, aquella chica de unos 24 a la que no le faltan los pretendientes. Esa delicada tez de su rostro, un cuerpo de alambre y el cabello largo. Celosamente pensé "como quisiera ser como ella". ¿Estaría sola? ¿Continuaría sola? un poco más de belleza física ayuda ¿no?

Unos años menos, un poco más de sesos, un poco más de valentía...eso de repente falta.

Cada rostro podría encajar en una historia perfecta de felicidad o de infortunio. Algunas podrían reflejar todo lo que sienten, otras tantas simplemente no les importa ...es pasado y se convierten en cebollas, y por último aquellas que terminan dándose por vencidas.

Una mujer es una historia, ella prefiere que acabe en un "felices para siempre" pero no todo es color de rosa, los tiempos ya no son los de antes. Ahora, algunas somos regla y otras se llevan el trofeo siendo "la excepción".