Una mujer, una historia
Un autobús lleno solo de mujeres. ¿Casualidad? No lo sé. Crucé el pasadizo fijándome rigurosamente en las expresiones de los rostros de cada una. Cada rostro es un conjunto de expresiones, son las marcas de la vida misma. Frente a mi, una delicada señora de unos 65 años, vestía de blanco con un bolso verde, labios bien pintados, lentes de sol, y se notaba la pedicure francesa en los deditos de sus pies que se dejaban ver a través de las rendijas de unas sandalias chatas. Imaginé que esta mujer, cuyo cabello denotaba algunas canas, que seguramente el tinte se le pasó el efecto, venía pensando en su pasado mientras miraba a través del vidrio de la ventana. Pensará: ¿por que no me casé con él? ¿por qué no fui aquella vez? ¿por que no estudié lo que tanto quise? ¿por qué no tuve hijos?.... Más atrás una niña de unos 5 años, y ustedes dirán ¿qué podría pensar una niña'. Podría estar pensando en el chocolate que no recibió de su vecino, un niño más guapo que el s...